Tiempo de mujer, tiempo de vuelos claros y serenos.
Seres nuevos nacen en cada parto, almas que se regeneran a si mismas en luces claras, en matrices que esperan ser fecundadas, sopladas,… amadas. Tiempo de comprender, de escuchar, de llenar espacios con una caricia lenta y tibia.
Tiempo de cosecha.
Flores que se abren, que perfuman. Vertientes que dejan escapar agua plateada. Soles que calientan. Mariposas sutiles que enmarcan unas manos que tejen otro amanecer para seguir día a día naciendo en este tiempo de mujer.
Que eres hombre?
Bienvenido…
Que eres mujer?
Adelante.
Hay espacio para todos.Es tiempo de todos.
Sólo estamos latiendo de otra forma. Podés sentirlo?
Si apoyaras suavemente tu oído en mi pecho, hasta podrías darte cuenta cuán parecido late tu sangre a la mía…
Vamos! no muerdo, ni araño ni embrujo... o tal vez, algo de todo eso. Pero prometo recibirte, llevarte de la mano, hasta que tu corazón lata en este tiempo.
Este tiempo de latidos serenos, de aguas que bajan buscando el estanque donde dormirse; este tiempo de latidos acompasados, esos que dan ritmo al esperma que fecundará la vida sólo cuando ese corazón de mujer lo requiera.
Nada se hará en otro tiempo, nada existirá fuera de lo femenino.
El tiempo es este.
El de las flores, el de lunas llenas y nuevas, el de eternos amaneceres, el de alas que brotan en cada mirada, para llevarnos al encuentro necesario… con este nuevo tiempo de Venus y Pandoras…
