Sandra construyó su casa en una tranquila y verde isla del Delta, sobre el arroyo Felicaria.
No se necesita tanto, ... voluntad, amor, ganas, dos manos... o una, siempre aparecen otras para ayudar..., tierra, agua, pasto o paja y algunas maderas.
Recuerdan el cuento de los tres chanchitos?Bien, era mentira..., si, pueden construir una casa de barro y nada ni nadie la tirará abajo. Son muchas las experiencias que he visto y cada una más bella que la otra. Siempre, en todos los casos hubo o hay una mujer, detrás o encima del proyecto. Como ya les dije, no hay nada de lo que se necesite que una mujer no pueda proveer.
Dos manos suaves para amasar el barro, igual que cuando hacemos pan, dos ojos anhelantes que esperan ver el sol dentro de esa casa, una sonrisa amorosa que espera abrir la puerta para dejar entrar los pájaros, que estarán felices de anidar en nosotras mismas... en nuestra casa...
Sólo se necesita, por lo menos, una mujer.
Así que allá nos vamos nosotras, las chicas de la montaña, a hacernos nuestra propia casita, donde muy pronto los recibiremos a todos los que quieran visitarnos...
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